CULTURA WARI

Cerámica de la cultura Wari.

La cultura Wari
(600 d.C.-1200 d.C.)

Hacia el siglo VII d.C. el pequeño señorío Huarpa de Ayacucho sintetizó los aportes culturales provenientes de Tiahuanaco (culto a Wiracocha) y Nasca (alfarería policromada) dando origen a un fenómeno cultural y político llamado Wari. Wari fue un estado militarista y teocrático ayacuchano que se expandió a nivel pan-andino, convirtiéndose en el primer imperio del Perú.

Capital y cabeceras de región
Su centro principal fue la ciudad de Viñaque (a 25 kilómetros de Huamanga), una impresionante urbe cuyo patrón arquitectónico fue seguido por las nuevas ciudades “cabeceras de región” que se construyeron durante su expansión cultural que llegó hasta Lambayeque y Cajamarca, por el norte, y Cusco y Moquegua, por el sur.

Sus principales ciudades fueron: Piquillaqta (Cusco), Cajamarquilla (Lima), Huarivilca (Junín) y Huiracochapampa (La Libertad). También tenemos restos arquitectónicos Wari en Pachacamac (Lima), Vilcashuaín (Ancash) y Marcahuamachuco (La Libertad). Los arqueólogos sostienen que con Wari se inicia una verdadera planificación urbana con grandes ciudades donde se prioriza las construcciones de carácter político-militar sobre las de índole religioso. Todas sus ciudades estuvieron interconectadas por un impresionante red vial, el Capac Ñan, la que más tarde fue reutilizada y ampliada por el Imperio de los Incas.

Los cementerios Wari
La élite de la civilización Wari era enterrada en cementerios ubicados en la cima de templos o lugares sagrados de los reinos conquistados. Como ejemplos tenemos a la huaca Pucllana (Lima), Cerro Baúl (Moquegua) y El Castillo de Huármey (Áncash). Jerarcas y sacerdotes eran enterrados en tumbas rectangulares, cubiertos con finos mantos funerarios y adornados con joyas y ofrendas. Muchos cuerpos fueron hallados con una cabeza falsa de madera

La red vial
Todas sus urbes estaban interconectadas por una impresionante red de caminos -el capac ñan- por donde transitaban los ejércitos, funcionarios, trabajadores tributarios, las materias primas y las mercancías que sostenían el crecimiento imperial.

El dios bizco
En lo ideológico se impuso el culto al “dios de las Varas” que provenía de Tiahuanaco. Se trata de Wiracocha, que los wari representaban como el “dios bizco”. Aparece frecuentemente en las vasijas y cantaros policromados y gigantes, rodeado de una decoración fitomorfa y zoomorfa. Los caminos, la religión y la difusión de la lengua quechua fueron elementos integradores eficaces durante el apogeo de la Cultura Wari.

El final de Wari
Hacia el siglo XI d.C. se inició el declive del estado imperial. Al parecer las catástrofes climáticas afectaron la economía, provocaron rebeliones regionales y conflictos dentro de las élites ayacuchanas. La capital Viñaque se fue despoblando gradualmente hasta que fue destruida por los chancas que se apoderaron de las regiones de Ayacucho y Apurímac desde el siglo XIII d.C.